Podemos examinar unas pocas frases de esta oración bajo la luz de la sagrada escritura (Marcos 6: 45-52)
¡Santificado sea tu nombre!... ¿Qué puede ser Dios si no es amor? El papa Benedicto XVI llamó nuestra atención a este misterio en su primera carta encíclica Deus caritas est. En la primera carta de San Juan (capítulo 4: 11-18) se dice esto de manera muy clara: “Dios es amor, y el que vive en el amor vive en Dios y Dios en él.” Por esa razón si nosotros utilizamos los nombres Padre, Hijo y Espíritu o Creador, Redentor y Santificador hablamos de ese único nombre: AMOR. Sobre la montaña en su tranquila soledad Jesús experimentó de nuevo la intimidad que es el fin último de la oración.
Venga a nosotros tu reino… En el corazón de la oración de Jesús hubo una pasión, que Dios Padre reinara en los corazones de todas las personas y naciones. El deseo caracteriza la oración. Es el latido de la oración. Así vemos que Jesús era celoso por la verdad y la caridad, la libertad y la justicia, las 4 características del reino que llamamos Paz. Cuando se experimenta este reinado, el temor no puede encontrar una casa, un lugar donde hospedarse, esta expulsado por el amor perfecto; está expulsado por la cercanía de Dios.
¡Hágase tu voluntad!... La oración auténtica nos lleva a la conversión del corazón. Cuando subimos a la montaña con Jesús para participar en su oración al Padre, deberíamos estar dispuestos a rendir nuestro espíritu rebelde. Deberíamos estar dispuestos a dar la espalda a todo lo que se opone a la voluntad de unidad y paz de Dios.
Un teólogo lo dice bien: “Pero la oración, en un corazón sereno, amable y atento descansa en Dios, es todo un camino de vida. La oración es el vivir desde el corazón como respuesta a una vida que fluye derramándose; es amor.”
¿Qué papel juega el “Padre Nuestro” en tu vida espiritual?
1 comentarios:
Si todos rezaramos el Padre Nuestro todos los dias, al menos una vez al dia con todo nuestro corazón, de seguro seriamos verdaderos ejemplos de hijos de DIOS y de su amor por nosotros
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