Veo en mi hija adolescente actitudes que me preocupan. Tengo miedo de perderla ...
por Chiara Lubich
Lo que yo les diría es que, aunque en la familia hubiera alguno que no comparte lo que ustedes han elegido, no tie¬nen que desanimarse ni preocuparse. Si no lo comparte, o es ateo, o va por mal camino, se droga, o a lo mejor está en la cárcel, o lo que sea, no hay que preocuparse demasiado. iHay que ocuparse, pero no preocuparse!
"Quiero cambiar de vida, quiero volver a mi familia ... ". Pero si ustedes se preocupan se vuelven un gran obstáculo para su conversión.
Por lo tanto, "háganse uno" con ellos. ¿Quieren ir al cine? Vayan también ustedes (siempre que sea una buena película). ¿Quieren ver televisión? Mírenla también ustedes (siem¬pre que sea un programa aceptable). Pero lo que sin duda es necesario es que no sientan el peso de vuestra preocupación, porque ustedes tienen que volcar sus preocupaciones en Dios. El es el que tiene que estar preocupado, no nosotros. Porque él siempre se ocupa. Esa es la experiencia cotidiana.
(de "Donde florece la vida", Ciudad Nueva, Buenos Aires 1999)
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