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sábado, 22 de noviembre de 2008

¿Cómo debemos tratar a los que se casan fuera de la fe?

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Culpar a otros porque sus hijos se casan fuera de la Iglesia y siguen una religión no-cristiana sería algo como culpar al padre del hijo prodigo por el hecho que su hijo abandonó su casa y las costumbres de su familia (vea el evangelio de San Lucas 15: 11-32). Nuestros hijos maduros son adultos que tienen su manera propia de pensar y elegir. Ellos deben responder a Dios por sus propias acciones y elecciones. Ninguno de nosotros sabe por qué ellos eligieron hacer lo que han hecho. Únicamente ellos mismos y Dios saben si las decisiones que han hecho han sido por convicción, conveniencia o debilidad. Sus padres no pueden hacer un acto de fe por ellos. Los padres no pueden vivir la vida de sus hijos: tanto los padres  como el resto de la familia deben aceptar esa realidad. 

      Lo que los padres pueden hacer es imitar al padre del hijo prodigo del evangelio de San Lucas o a Santa Mónica con su hijo, San Agustín. Los padres deben continuar amando a sus hijos, mantener las líneas de comunicación abiertas, mostrar un constante ejemplo de una vida gobernada por la fe, hacer actos de penitencia y orar por el regreso de ellos a la práctica de la fe Católica. 

                          ¿Es posible casarse en el cielo?

      Ha sido la creencia de la Iglesia, así como se encuentra en las Sagradas Escrituras, que nosotros que ahora tenemos vida, al morir estaremos unidos con los que nos han precedido. Por eso los viudos y las viudas ciertamente serán consolados con el saber que los que mueren en el Señor se “unirán” con sus conyugues que han sido buenos cristianos. La presencia y el amor de ellos se añadirán a la felicidad que uno experimentará a conocer y vivir en el amor de Dios mismo. 
  

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Blogumulus by Roy Tanck and Amanda Fazani

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