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miércoles, 15 de diciembre de 2010

La antítesis de la sabiduría

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genciencia.com
Conserva el depósito de la fe, evita las palabrerías inútiles y mundanas así como las discusiones procedentes de una falsa ciencia. Por darle crédito, algunos se han alejado de la fe. La gracia esté con todos ustedes.”
(1a. Carta a Timoteo 6:20-21)

Un sacerdote me llamó y me preguntó si podía ayudar a un estudiante que estaba teniendo ciertos problemas escribiendo un ensayo para un curso que tomaba en la Universidad. El estudiante me trajo el libro usado como texto en el curso. El me dijo que el texto no tenía ni pies ni cabeza para él. La profesora le estaba dando solo malas notas y a él le estaba saliendo una úlcera. Me tomó varios días para entender lo que la autora del texto estaba tratando de decir. Tuve que leer muchas secciones un par de veces. Las oraciones eran largas y complicadas. Ella usaba palabras que no estaban en el diccionario y que aparentemente la maestra que era autora del texto había inventado. Hubiera sido más fácil si el libro hubiera estado en griego. A pesar de eso, después de algo de investigación fui capaz de comprender el objetivo de la maestra. Me di cuenta que ese libro correspondía perfectamente con los sonidos vacíos y los pseudo conocimientos acerca de los cuales San Pablo había advertido a TImoteo.

En griego, la palabra en la carta de San Pablo traducida como absurdidad es antitesis. Si la tesis es lógica, entonces este texto de la maestra perfectamente entra en esa descripción de algo absurdo, ya que en su mayor parte es ilógico. Al parecer la autora estaba impulsada por deseos perversos que le llevaba a atacar el valor de la vida, familia, matrimonio, maternidad; es decir, y lo que significa ser un hombre o una mujer. Según el libro de la maestra, todo lo que creemos como real y natural no es nada más que una construcción social designada para oprimir a las mujeres.

El libro montaba un ataque frontal contra la ley natural y la lógica. De ninguna manera se puede discutir con estas personas que creen en lo absurdo, porque ellas rechazan la lógica y la ley natural, que son la base para cualquier discusión razonable.

Desafortunadamente, en muchas escuelas algunos profesores enseñan lo absurdo y en esos casos los estudiantes deberían hacer caso a la advertencia de San Pablo evitando esta ciencia falsa.

jueves, 9 de diciembre de 2010

La casa del valiente

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“Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio”.
(2a. Carta a Timoteo 1:7)

Frecuentemente me preguntan padres de familia como pueden criar a sus hijos de manera que mantengan la fe. La mejor respuesta que puedo dar viene de una amiga que es un ejemplo maravilloso de serenidad y de la fe cristiana gozosa. Al conocerla uno no pensaría que tuviera preocupaciones en la vida, cuando de hecho su marido ha tenido serios problemas de salud y tres de sus numerosos hijos han nacido con defectos de nacimiento. Mi amiga está convencida que los papás que dan a sus hijos un ejemplo de valor frente a las dificultades sienten las bases de una fe que no puede ser sacudida.

Estamos criando niños en tiempos de guerra moral y cultural. La gran cultura de guerra hace estragos en nuestro alrededor. Ya no es fácil ser cristiano. Viendo todos estos desafíos, los padres deberían tartar, en un intento por proteger a sus hijos de lo horrible de la batalla, de construir un fuerte, cavar un foso, levantar el puente y cerrar el portón. A pesar de que es ciertamente necesario mantener al diablo fuera de nuestras casas, podemos encerrarnos sin querer en una prisión de temor. Para enfrentar los desafíos que plantea esta cultura tan hostíl, nuestros hijos necesitan un ejemplo de coraje.

Si nuestra meta es que nuestros hijos mantengan la fe, tenemos que enseñales como compartir su fe con otros. Sus amigos frecuentemente están sin respuestas y necesitan saber que Dios los ama. Nuestros hijos son capaces de ser propagar la fe. Nada construye más la fe que ser el mensajero que trae las buenas noticias. Cuando los adolescentes empiezan a dar testimonio a sus amigos, esos amigos frecuentemente se motivan a estudiar su fe.

Algunas veces nosotros papas queremos sinceramente que nuestros hijos mantengan la fe. Estamos temerosos cuando vemos que uno de sus hijos con un verdadero amor cristiano ayuda a alguien con problemas. Si nosotros papás realmente creyeramos que vale la pena tener fe, debemos regocijarse cuando nuestros hijos tienen el coraje de alcanzar a aquellos que la necesitan.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Las fuerzas especiales de Cristo

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aciprensa.com

“ Soporta las dificultades como un buen soldado de Cristo Jesús.”
(2a. Carta a Timoteo 2:3)

Como vemos en la vida de Cristo Jesús, San Pablo y los primeros discípulos la vida Cristiana no es fácil.

Jesús quiere que sus seguidores reconozcan los costos de la disciplina. Por medio de una imagen El dice que  debemos comportarnos como un general antes de la batalla calculando lo que va a costar conquistar un gran ejército invasor armado. El único camino para triunfar contra las fuerzas poderosas que están en contra de nosotros, dice Jesús, es haciendo una elección radical prefiriendo a El sobre todos nuestros familiares y las posesiones materiales. Tenemos que alzar nuestra cruz cada día y seguirlo hasta la crucifixion. Tenemos que elegir  la vida con El, incluso si eso significa nuestra muerte, muerte social o física.

San Pablo se enlistó en el ejército de Cristo y nunca dejó de luchar la batalla de la fe.  El soportó las dificultades que se le presentaron al lado de Cristo; y así suplió lo que faltaba en los sufrimientos de Cristo por el bien de la Iglesia. Al final de su vida, el animó a Timoteo de la misma manera para que hiciera su parte como “buen soldado de Cristo Jesús.”

Un buen soldado está centrado cuando sabe cumplir con obligaciones y es disciplinado, obediente, valiente, leal y honorable. El funciona como un miembro de una unidad, peleándo por algo mayor que sí mismo. El está acostumbrado al sacrificio. El está dispuesto a dar su vida por los demás. De hecho, toda disciplina debería tener estos rasgos de soldado.

Hoy en día algunos se resisten a estas imágenes militares como indignos del Evangelio. Ellos dicen que Cristo vino a traer paz, y transformarnos en hacedores de la paz. Aparentemente a Poncio Pilato y los líderes judíos no les llegó este mensaje a tiempo.

Cristo subrayó, de hecho, que no llegó a traer paz sino la espada; llegó para apostar su vida; llegó para salvar a su rebaño. En el campo de batalla de la vida la paz no se alcanza negociando con las fuerzas del mal, sino de conquistando el mal con amor.

La guerra continua y Cristo aún está buscando algunos buenas personas para ser parte de su ejército del amor.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Un paso lento a la sabiduría en un mundo apresurado

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“ Seguramente el Señor hará que lo comprendas todo.”
(2a. Carta a Timoteo 2:7)
Hoy en día estamos bombardeados con tanta información que pocos de nosotros tenemos tiempo para procesarla.

Las noticias ya no llegan con el diario de la mañana, sino durante las 24 horas del día en canales de noticias por cable y cientos de páginas web. Al mismo tiempo recibimos más correos y mensajes de texto instantáneos en el día de los que podemos responder. Además, cuando estamos lejos de la computadora, la inundación no termina, ya que casi todo está ahora disponible en nuestros teléfonos móviles de alta tecnología, que vibra más en una hora de lo que cualquier teléfono de casa puede sonar en el día completo.

Mientras los teclados y los remotos universales han puesto más información al alcance de nuestros dedos de lo que jamás había pasado, probablemente hay menos información que pasa de nuestros dedos a nuestros cerebros.  En verdad muy poca información en verdad llega a ser parte de nosotros.
Debido a que estamos estacionados en medio de la autopista de la información con sus tantos hechos y cifras que pasan a velocidades de vértigo, el mensaje de San Pablo ahora es más relevante para nosotros que para el joven Timoteo: “Seguramente el Señor hará que lo comprendas todo.”

Para entender cualquier cosa, debemos calmarnos y reflexionar sobre eso. Esto es más cierto aún cuando hablamos de cosas de fe, cuando nuestra reflexión debe tomar forma de meditación u oración con Dios. Las oraciones son los medios por los cuales la fe busca el entendimiento y el Señor en su bondad nos ayuda a encontrarlo.

Como aquellos que fueron llamados a evangelizar el areópago ciberespacial, nosotros necesitamos esta plegaria de reflexión hecha del modo antiguo y el entendimiento divinamente asistido más que nunca.

viernes, 29 de octubre de 2010

La lista de Dios

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http://www.lacienciaficcion.com/wp-content
/uploads/oskar-schindler-schindlers-list.jpg
“ Por eso lo soporto todo por el bien de los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que se nos dio en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna .”
(2a. Carta a Timoteo 2:10)
Oscar Schindler fue un codicioso hombre de negocios y mujeriego, pero cuando descubrió que los Nazis estaban matando a los judíos en los campos de concentración, negoció con ellos para comprar a algunos como esclavos para sus industrias.

Después de hacerse amigo de un brillante judío, que llegó a ser su administrador, y enamorarse de la judía que era su sirvienta, se dio cuenta que aquellos llevados a los campos de concentración no eran insectos que podían ser incinerados en masa, sino humanos como él.  Experimentó una profunda conversión, mostrada en la película de 1993, ganadora del Oscar, “La lista de Schindler”, y decidió usar todos sus recursos para comprar judíos, ya no para aumentar el número de sus trabajadores sino para salvarlos del sufrimiento y la muerte. Liquidó todo el dinero de su negocio y sus bienes personales hasta que no le sobró un centavo para salvar otra vida.

En total 1300 personas de la lista de Schindler fueron salvados. La lista de aquellos judíos que eran redimidos. Ese número pareciera minúsculo comparado con los seis millones de judíos que murieron durante el Holocausto. Pero al final de la película, aquellos que Schindler salvó y su descendencia pusieron rocas en su tumba en Jerusalén y dijeron: “Si tú salvaste uno, salvaste a una nación.” El número de aquellos que salvó Schindler con sus sacrificios se ha multiplicado de generación en generación.  

Cada uno de nosotros es llamado a ser un Schindler espiritual, es decir, gastar nuestros recursos y energies para salvar la preciosa e irreemplazable vida de otros de alguien más malvado que Hitler y una fatalidad más grande que los campos de concentración.
En el pasaje de hoy, San Pablo muestra cuan seriamente él tomó esta misión de rescate. El lo soportó por el bien de los elegidos, para que ellos alcancen la salvación de Jesucristo. Trató de incluir todos los que pudo en la lista de Dios. La misión de rescate está ahora en nuestras manos.

martes, 19 de octubre de 2010

Imita al buen samaritano

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¿Qué es lo que motiva a un voluntario dedicar su vida a los demás ?


Primero que todo, el movimiento del corazón que inspira a todos los seres humanos a ayudar a su prójimo es la ley de la existencia. Un voluntario experimenta una alegría que va más allá de lo que él ha hecho cuando él logra entregarse libremente a los demás.

Cuando aparecen situaciones complicadas o de sufrimiento, se manifiestan las características ocultas de dedicación, bondad y heroismo que habitan en el corazón de los humanos.

Continúa  tu camino con valor, no dejes nunca que las dificultades te detengan. Puede ser Cristo, el Buen Samaritano, el modelo sublime a imitar por cada uno de los voluntarios.

Imita a María, quién por ir de prisa para asistir a su prima Isabel, se convirtió en mensajera de alegría y salvación. Ella puede enseñarnos la humildad, concreta caridad y como obtener del Señor la gracia para reconocerLo en el pobre y en el que sufre.

Queridos hermanos y hermanas, los que conforman este Ejército de Paz que se esparce por toda la faz de la tierra, son una señal de esperanza en nuestros tiempos. ¡Que Dios regale su bendición a Uds. y a todos los que se encuentren todos los días sobre el camino de servicio a las personas!


martes, 5 de octubre de 2010

Hablando menos

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Imagen: edgardodonato.com

“ No participes en conversaciones inútiles y extrañas a la fe, que solamente hacen progresar en la ignoracia de Dios. Son doctrinas que se propagan como la gangrena.”
(2a. Carta a Timoteo 2:16-17)

Las buenas hermanas Benedictinas me enseñaron en el colegio que Dios nos había dado dos ojos, dos orejas y una boca; de esta manera podríamos ver más, oír más y hablar menos. Algunos pueden argumentar que esa era la forma que nos mantenían callados mientras duraba la clase. Pero a medida que los años han pasado me he dado cuenta que sus palabras contienen mucha sabiduría.

Vivimos en una sociedad que está obsesionada con hablar. Tenemos incluso en cada estación de televisión profesionalmente hablando“una cabeza de los programas de conversación”. Y todo lo que hacen es hablar, hablar y hablar. Parece no importar lo que dicen, mientras sigan hablando. De hecho mientras más escandalosas sus palabras, más espacio televisivo ganan y más rápido se esparce su mensaje.

Se ha escrito que personas con mentes brillantes hablan sobre ideas, gente con mentes promedio hablan  acerca de cosas, y gente con mentes dormidas hablan sobre otras personas. Y la verdad es que cuando pasamos mucho tiempo hablando inútilmente de otras personas, rápidamente se nos acaban las cosas buenas para decir y es cuando caemos en el chisme y en el escándalo.

Es fácil enamorarse del sonido de nuestra propia voz y asumir la profundidad de nuestras palabras. Pero a veces la persona más callada del salón es la que más aprende.

Hay un viejo dicho que utilizan los profesionales del derecho: Si le das mucha cuerda a una misma persona, se puede llegar a ahorcar. Es por eso que al abogado defensor generalmente no le gusta que su cliente suba al estrado mientras que el abogado demandante hará todo lo posible para dejar que el defendido hable tanto que sus propias palabras lo condenen.

Así que la pregunta no es: ¿Qué digo?, sino, ¿Qué es lo que las cosas que yo digo dicen de mí?   

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Limpiando el disco duro

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Imagen: pctechguide.com

“ Si alguno, pues, trata de no cometerlas faltas de que hablo, sera como vajilla noble: sera santo, útil al Señor, apropiado para toda obra buena. ”
(2a. Carta a Timoteo 2:21)

Una vez tuve una computadora, que cuando compré era la última tecnología. Durante el paso de los años, compré e instalé diversos sistemas operativos que prometían mejorar el desempeño de la unidad.

Un día, después de que instalé el último y más moderno sistema operativo, mi computador colapsó. A pesar de mi entrenamiento como ingeniero, no pude darme cuenta porque no funcionó más.

Empaqué la computadora y la llevé a un experto. Cuando le expliqué lo que sucedió, el experto
me preguntó si había borrado el sistema operativo anterior de mi computador antes de instalar el
nuevo. “No”, le dije. “He estado instalando sistemas operativos nuevos sobre los antiguos durante
años.”

“Entonces ese es tu problema ,” me dijo. “Tu computadora tiene tantas órdenes que le indican cómo operar que no sabe qué hacer. Por eso se apagó.” Procedió entonces a borrarle todos los sistemas operativos anteriores y le colocó el último que yo había comprado. Y la computadora funcionó magníficamente.

De aquella experiencia aprendí que nosotros no solo debemos limpiar los discos duros de nuestras computadoras, sino más importante aún debemos limpiar los discos duros de nuestra vida. Muchas instrucciones antiguas pueden hacer que nosotros nos cerramos dentro de nosotros mismos, causando reacciones inapropiadas o apagones.

¡En el mundo actual tenemos tantas voces compitiendo por nuestra atención! Por eso, es vital acumular todas las fuerzas que nos impulsan hacia adelante para poder llevar también el equipaje que insistimos cargar a lo largo de nuestra vida, eliminando lo que no es beneficioso. Así solamente podremos vivir utilizando todo nuestro potencial, beneficiando nuestra vivencia católica y listos para hacer el trabajo diario correctamente.

martes, 21 de septiembre de 2010

La dirección que estás mirando

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Imagen: encuentros.com
“ Mientras tanto los pecadores y los embusteros irán de mal en peor, yendo juntos los engañadores y los engañados .Tú, en cambio, quédate con lo que has aprendido y de lo que estás seguro, sabiendo de quiénes lo recibiste. Además, desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras. Ellas te darán la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús ”
(2a. Carta a Timoteo 3:13-15)

Una vez un amigo fue a aprender como montar un caballo en una escuela de equitación. El admitió que no sabía nada acerca de montar a caballo. Afortunadamente había un instructor que le guió durante todo el proceso y que le dio unas indicaciones muy requeridas.

“Una cosa más”, agregó el instructor después de que montó. “No dejes que el caballo camine pegado a la muralla.”

“¿Cómo? ,” dijo mi amigo.

“El tratará de empujarte contra la muralla para hacerte caer”, le avisó. “No dejes que lo haga.”

“Bueno, ¿cómo prevengo que vaya contra la muralla?,” mi amigo preguntó.

“Solamente mira en la dirección que quieres que el caballo vaya” , le dijo calmadamente.

“Pero, ¿cómo sabrá él donde estoy mirando?”

“El sabrá,” le contestó.

Cuando dieron la primera vuelta, el poderoso animal empezó a dirigirse a la pared.

“¿Qué está haciendo el animal?,” le preguntó el instructor.

“Está yendo hacia la pared,” le respondió mi amigo.

“¿Qué estás mirando? ,” le preguntó.

“La pared.”

“Bueno, solo mira en la dirección que quieres que el caballo vaya.”

No tuvo otra opción. Miró hacia la ruta que tenía que seguir en vez de mirar muralla. De una manera impresionante el caballo dobló lentamente y siguió la línea de su mirada. Mi amigo se dio cuenta entonces que cuando miraba hacia la dirección que quería seguir, se inclinaba y tiraba las riendas. Mi amigo hizo todo lo necesario para enviar las señales correctas al animal y el animal respondió.
La lección que aprendió ese día es que una persona va en la dirección que decide. Si la persona está mirando hacia la pared, se chocará contra ella. Si mantiene la miraba fija en su meta final, va a encontrar el camino para llegar a ella.

Mientras leí las palabras de San Pablo, me dí cuenta de que siempre nos estamos moviendo, ya sea de mal en peor o de bueno a más bueno y que nuestra dirección está determinada por el lado al que deseemos mirar.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Recuerda las pequeñas cosas

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San Agustín una vez dijo: “Ser fiel a las pequeñas cosas es una gran cosa”.

La devoción a la familia suena como algo muy simple y lo es.

La gratitud, la humildad y la fidelidad son las pequeñas cosas. Son cosas pequeñas  pero al mismo tiempo son difíciles. Es fácil hablar sobre resolver los problemas en la sociedad con grandes planes políticos y sociales a nivel nacional, porque de esta manera se puede culpar a alguien más si el plan no funciona.

El cambio personal, la integridad moral del individuo, la fidelidad a las personas y a los principios  es un trabajo más difícil, porque estamos atados a nosotros mismos y no podemos culpar a nadie más si fallamos. Pero si persistimos en estas pequeñas cosas, lograremos una gran cosa. ¡Afectaremos a otros! Una vida con buenas acciones puede comenzar por cambiar el mundo.

Un reportero preguntó una vez a la Madre Teresa de Calcuta el secreto de su éxito.

Ella respondió que no había sido llamada para tener éxito, sino para esforzarse. El éxito es un asunto de Dios.

Esforzarse es un asunto personal. Ella no fue llamada para encontrar grandes soluciones para la pobreza, sino de vivir la pequeña solución de su amor personal, que a su vez se convertiría en una infección de amor en el corazón de otras personas.

domingo, 29 de agosto de 2010

Sólo Dios sabe

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“ Yo, por mi parte, estoy llegando al fin y se acerca el momento de mi partida. He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado lo que depositaron en mis manos. Sólo me queda recibir la corona de toda vida santa con la que me premiará aquel día el Señor, juez justo; y conmigo la recibirán todos los que anhelaron su venida gloriosa  
(2a. Carta a Timoteo 4:6-8)

La carrera se terminó. Quizá gané, quizá perdí. ¿Quién sabe? Yo no sé, mis amigos no saben, mis críticos no saben, solo Dios sabe realmente.  Por supuesto los archivos están ahí para que cualquiera los pueda ver en los medios de comunicación. Pero la carrera se terminó, con todo el sonido y la furia, los planes, los sueños, la competencia, el estrés, la contienda. Todos ellos están comenzando a desvanecerse, mientras que algo está comenzando a instalarse: la vejez. La disminución ha venido a vivir conmigo en todo tipo de formas burlonas. Mi abrigo de invierno me cuelga un poco más esta mañana, cuando mi esposa lo sacó del closet con olor a naftalina. 

Y hay un cajón en la despensa que ya no puedo alcanzar más, aunque todavía nadie lo ha notado. Más malo aún y de esto sí que no tengo la intención de hablar: hay una confusion en la apiñada multitud de recuerdos buenos y malos de lo que me ha pasado durante todos estos años. Lo divertido es que las cosas buenas parecen tan claras a veces y puedo reir y revivirlas y adornarlas también, mientras que intento olvidar los detalles de mis faltas.

He luchado duro en la vida, he mantenido la fe, siempre he contado con Dios…. Ahora en el anochecer no puedo leer aunque no me preocupo por eso. Mi perro Ben, se queda a mi lado, fiel a mis pies. Su mandíbula mantiene mis tobillos calientes. El corto día de mi vida se va. ¡Espera un momento! ¡El Señor viene! El es a quien más deseo ver. El ha dicho que traerá la recompensa consigo, pero ¿qué recompensa? Lo único que quiero es a El. ‘Me alegra que te detuviste, mi amigo.’ Tu sabes, que llegará también el momento que tendrás que irte de este mundo. Ese momento llegará más pronto de lo que imaginas. Pero,  yo debo irme.

domingo, 15 de agosto de 2010

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“Pero el Señor estuvo conmigo llenándome de fuerza, para que el mensaje fuera proclamado por medio de mí y llegara a oídos de todas las naciones; y quedé libre de la boca del león. El Señor me librará de todo mal y me salvará llevándome a su reino celestial. A El la gloria por los siglos de los siglos. Amén.  ” 
(2a. Carta a Timoteo 4:17-18)

Pablo encaró la muerte en Antioquía, Iconio y Listra. Gente furiosa lo persiguió en el templo, en las calles e incluso en la prisión.  ¡Hoy en día él estaría en casa en Iraq o en Estados  Unidos! El conoció la mirada del león con su boca abierta sobre él y el sonido del rugido del león en sus orejas. Pero una y otra vez el Señor lo rescató. ¿ Tengo leones en mi vida? ¿Están adentro de mi persona o fuera de ella? ¿Son en su mayoría otras personas o soy yo mismo mi mayor peligro? ¿Podría yo ser un león o una leona? Los leones son relativamente inocentes comparados con las personas.
San Ignacio de Antioquía se hubiera hecho amigo de los leones que estaban esperando por él en el Coliseo: sin embargo, el se refirió a los guardias romanos en el barco que lo llevaron a Roma como fieras.

Sea yo un león o sea que debo encarar a uno, yo sé que el Señor me va a rescatar. En el primer caso, el rescate va a tomar la forma de una transformación. Nada dentro o fuera de mí es demasiado grande para el ingenio amoroso de Dios, lo cual es su misericordia. Nada externo, pasado, presente o futuro es un rival para su amor por mí.  Cuando el Rey Dario, hambriento de su ayuno y molesto por su insomnio de la noche, bajó al amanecer a la cueva de los leones para ver que había pasado con el profeta Daniel, él lloró en temor y angustia, ‘Oh Daniel, ha sido tu Dios capaz de liberarte?’  Sabemos lo que viene. En la oscuridad de la noche Dios envió a su ángel para cerrar la boca de los leones. Ningún daño le ocurrió a Daniel, porque el confió en Dios. A la luz de esta historia podemos dejar que los leones vengan con toda su furia. El miedo se marcha y la esperanza se desliza  con el nuevo día. Para citar el conocido autor americano Russell Ford, se cambian los papeles: “Yo me siento como un león en una cueva llena de Danieles.”

jueves, 5 de agosto de 2010

Viendo la luz

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San Juan Damasco  (676-749). Se conoce a San Juan Damasco como el doctor del arte cristiano y el doctor de la Ascensión de María. Su amor por la belleza y el arte sacó a muchas personas de la melancolía y la oscuridad a la luz de la gracia. Su pensamiento religioso hacia la Virgen María donde la enfatizaba fuertemente como portadora de Dios, lo llevó a él y a la Iglesia a creer firmemente en la Ascensión de María.
Como los 2 hombres ciegos del Evangelio (Mateo 9: 27-31), muchos de nosotros tenemos un tipo de ceguera por la cual no podemos ver y apreciar los diferentes símbolos que sirven como puente sobre el abismo entre lo divino y lo humano. El amor y defensa de imágenes santas es un ejemplo de alguien que ha pasado por este puente. Muchos de nosotros en la Iglesia occidental, sin conocer la tradición rica de la ciencia y el arte de las imágenes sagradas del oriente; ignoramos completamente la belleza única que nace de esa tradición. Nosotros deberíamos gritar: “Señor, ten misericordia de nosotros, porque nosotros no somos capaces de ver el valor interno de tanta arte.”  

Una señal básica de la fe cristiana es nuestro principio sacramental. La vida y la gracia de Dios llegan por medio de signos y eventos. Sacra mentalidad significa que nosotros tenemos acceso a la luz de Dios por medio de palabras, símbolos, himnos, pinturas, etc.  Si tenemos ojos de fe, estaríamos absorbidos por la presencia de Dios. San Juan Damasco mantuvo firmemente éste principio a pesar de mucha oposición, especialmente de la autoridad política.

El arte cristiano tiene varios fines. Uno es sacarnos de nosotros mismos metiéndonos a un mundo más grande. Imágenes sagradas, contempladas en la oración, nos llevan a un santo olvido de nosotros mismos.  El arte abre para nosotros lo que está escondido y nos abre a ver estas verdades. El arte también nos transforma a través de su belleza, sin  buena arte el espíritu se arruga.

El profeta Isaías y San Lucas eran artistas. Ellos pintaron para nosotros con palabras la acción de gracia.  Si tenemos fe, tal vez Dios nos quitará nuestra ceguera y nos bendecirá para ver la gloria divina.
¿Cuál es tu obra de arte favorita?

miércoles, 28 de julio de 2010

El choque de la corrección

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Imagen: Desdecuba.com

“Tú enseña estas cosas, aconsejando y reprendiendo con toda autoridad. No dejes que nadie te menosprecie ”  (Carta a Tito 2:15)

Ojalá que este mandato directo de Pablo a Tito hubiera sido tallado en piedra sobre la entrada de nuestro tercer milenio. No hay espacio para equivocarse con las palabras de Pablo. Tito debe mantener las líneas de comunicación entre él y sus sacerdotes, diaconos y las santas mujeres que sirven las Iglesias que él fundó. No debe haber equivocación y no debe apartarse de sus deberes de exhortación y corrección.

Pablo nunca escatima palabras en sus prédicas o en sus cartas. Así había sido con Cristo y así es con Pablo; siempre es “sí” o “no”. Ahora Tito debe seguir su ejemplo.

La exhortación y corrección, concebidos como deberes, han perdido el prestigio en nuestro tiempo. Su valor se ha deteriorado notablemente.  Por todas nuestras preocupaciones y por ser políticamente correcto, ¿quién honestamente quiere ser corregido?

La corrección es cada vez más escasa y cuando aparece viene como un choque.

Se ha vuelto aún más raro que cuando se debe hacer, una persona con una posición de autoridad alta y bien evaluada corrija con valentía. Hemos sido testigos de desastrosas consecuencias de este tipo de situaciones en la Iglesia hoy en día, y hemos llorado por la terrible pérdida de almas. Además, este patrón es seguido con resultados desastrosos en la vida de las familias por todo el mundo.

¿Hay alguna cosa que yo como individuo pueda hacer para contrarrestar la inercia universal de ser correcto sin ser corregido? ¿Que parte juega la corrección en mi vida, en mi actitud conmigo mismo y con otros? ¿Tengo el coraje para aceptar la sugerencia de un amigo que indica que quizá mi vida no está yendo en la dirección correcta? ¿Tengo ganas de cambiar el curso? ¿Estoy dispuesto ha hacer ese cambio que me va a costar más que cualquier otro?

Cuando veo en mis hijos, mis amigos o mis compañeros de trabajo tendencias que los están extraviando levemente, ¿les digo y les ayudo a redireccionar sus energías antes que sea demasiado tarde? ¿Los amo con tal profundidad?

martes, 20 de julio de 2010

Lo bueno en vos

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“ Ojalá esa fe se vea en las obras y manifieste todo lo bueno que tenemos en Cristo” 
(Filemón 1:6)

Las cosas viajan fácilmente en la cinta transportadora. Siete cosas en la línea para “12 elementos o menos”. El cajero los escaneó  rápidamente, mientras yo los ponía en una bolsa. Ella estaba confundida  y me dijo el total de la cuenta. Claramente las cosas eran pequeñas y no eran caras, pero el total de la cuenta era cercano a los 100 dólares. Miramos en la caja registradora. Un emparedado costaba casi 50 dólares. Y continuaba marcando con ese precio, por lo que finalmente la cajera decidió llamar al administrador. Miré a la cajera y bromeé: “ Ese debe ser un emparedado muy rico”. Ella hizo un guiño y me respondió: “ Yo lo he comido, y creeme, no es tan rico”.

Es difícil saber a veces lo que es realmente bueno, lo que es realmente importante o lo que realmente importa. Nuestros supermercados están llenos de productos, y nuestros televisores muestran cientos de canales. A nuestro alrededor hay gente que parece más inteligente que nosotros, más espiritual o más bonita. En medio de todo eso nos podemos sentir insignificantes o pensamos que no somos importantes.

Es Jesús quien dice que tu vida importa. Es fácil enfocarse en el éxito de otros y en nuestras propias fallas. Jesús ve el talento que hay en cada uno de nosotros. El quiere que usemos ese talento para guiar a otras personas hacia El. La clave de la espiritualidad es entender que hay algo en ti que es único y forma parte del plan de Dios.

Sí, hay gente que es más santa y más espiritual que nosotros. Pero tú no eres un actor insignificante en la historia de la fe. En tu vida - tus relaciones, las situaciones que encuentras día a día - tienes las oportunidad de guiar a alguien en el camino de Cristo. Puede ser una palabra, un gesto o alguna decisión. Tú puedes insistir en que alguien lo puede hacer major que tú, pero Jesús quiere que tú seas esa persona, porque El cree que tú eres así de bueno.


jueves, 8 de julio de 2010

Una persona, Dos personas

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Adán inició todo y se equivocó; Cristo lo inicio de nuevo y no se equivocó.


Contrastar a Cristo con Adán es una fuente rica de reflexiones cristianas. San Pablo introduce el tema y San Irineo de Lyons, uno de los padres de la Iglesia del Siglo II  la desarrolló.

Se desarrolló todavía más el tema durante la Edad Media en Arte y Música. San Pablo nombra a Cristo el Ultimo Adán, el hombre  final y perfecto en contraste con el primer Adán. San Irineo escribió acerca de Cristo en términos de  recapitulación que no significa “resumir” sino “iniciando de nuevo”.

Adán inició todo y se equivocó; Cristo lo inicio de nuevo y no se equivocó, como los escritores cristianos desarrollan el tema; ellos ven más puntos de comparación así como el pecado entró en el mundo a través del árbol en el jardín del Edén, así la redención entró en el mundo a través del árbol de la cruz.

Así como la primera mujer Eva fue sacada de la costilla de  Adán cuando dormía, así la Iglesia nació del lado de la costilla de Cristo muerto. La desobediencia de Adán resultó en un fracaso; la obediencia de Cristo resultó en la victoria. Así como San Irineo creyó, la Virgen Eva llegó a ser la causa de la muerte por su pecado; la Virgen María es la causa de salvación por su SI: “hágase su voluntad en mi”.

Eva escuchó a una serpiente; María escuchó a un ángel. Aun hay una tradición medieval que dice que el Gólgota fue el sitio del sepulcro de Adán. A veces, representaciones de la Crucifixión muestran  una calavera al pie de la cruz: esa calavera no es cualquier calavera, sino la calavera de Adán.

Por el maravilloso sentido medieval de armonía la caída original en el pecado y la redención están unidas en un mismo lugar. Así San Pablo nos invita a contemplar el gran drama cósmico de nuestra redención comparando a 2 personas, Adán y Cristo, y viendo toda la historia de la raza humana resumida en ellos 2, el primer Adán y el Ultimo Adán. Es esto lo que San Pablo señala cuando escribe: “Así fue la caída, pero el don de Dios no tiene comparación. Pues si todos mueren por la falta de uno sólo, la gracia de Dios se multiplica más todavía cuando este don gratuito pasa de un solo hombre, Jesucristo, a toda una muchedumbre”. (Romanos 5: 15)

martes, 29 de junio de 2010

Lo bueno en vos

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“ Ojalá esa fe se vea en las obras y manifieste todo lo bueno que tenemos en Cristo”
(Filemón 1:6)

Las cosas viajan fácilmente en la cinta transportadora. Siete cosas en la línea para “12 elementos o menos”. El cajero los escaneó rápidamente, mientras yo los ponía en una bolsa. Ella estaba confundida y me dijo el total de la cuenta. Claramente las cosas eran pequeñas y no eran caras, pero el total de la cuenta era cercano a los 100 dólares. Miramos en la caja registradora. Un emparedado costaba casi 50 dólares. Y continuaba marcando con ese precio, por lo que finalmente la cajera decidió llamar al administrador. Miré a la cajera y bromeé: “ Ese debe ser un emparedado muy rico”. Ella hizo un guiño y me respondió: “ Yo lo he comido, y creeme, no es tan rico”.

Es difícil saber a veces lo que es realmente bueno, lo que es realmente importante o lo que realmente importa. Nuestros supermercados están llenos de productos, y nuestros televisores muestran cientos de canales. A nuestro alrededor hay gente que parece más inteligente que nosotros, más espiritual o más bonita. En medio de todo eso nos podemos sentir insignificantes o pensamos que no somos importantes.

Es Jesús quien dice que tu vida importa. Es fácil enfocarse en el éxito de otros y en nuestras propias fallas. Jesús ve el talento que hay en cada uno de nosotros. El quiere que usemos ese talento para guiar a otras personas hacia El. La clave de la espiritualidad es entender que hay algo en ti que es único y forma parte del plan de Dios.
Sí, hay gente que es más santa y más espiritual que nosotros. Pero tú no eres un actor insignificante en la historia de la fe. En tu vida - tus relaciones, las situaciones que encuentras día a día - tienes las oportunidad de guiar a alguien en el camino de Cristo. Puede ser una palabra, un gesto o alguna decisión. Tú puedes insistir en que alguien lo puede hacer major que tú, pero Jesús quiere que tú seas esa persona, porque El cree que tú eres así de bueno.

martes, 22 de junio de 2010

Un llamado urgente

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“ Aunque yo tengo todo el derecho en Cristo para ordernarles que hagan lo que es adecuado, se los pido en nombre del amor, siendo yo, Pablo, un hombre viejo, y ahora un prisionero por Cristo Jesús”.
(Filemón 1:8-9)

Recuerdo la primera vez que sucedió. Llamé a la casa de una familia que había experimentado una muerte aproximadamente un mes antes. El teléfono sonó muchas veces y después el sonido típico de la máquina contestadora. La voz fue lo que me sorprendió. Era la voz de la persona que había muerto semanas antes: “ En este momento no podemos contester el teléfono, pero si déjà un mensaje y la hora que nos llamó, le llamaremos de vuelta. Tenga un buen día”. Fue sorprendente y reconfortante al mismo tiempo. No dejé mensaje.

Las voz de San Pablo sorprendía y reconfortaba a las primeras Iglesias cristianas. Algunos lo conocieron, algunos solamente escucharon su voz a través de sus cartas o sus compañeros. Aún en su hora más oscura, él levantó la voz en gratitud por la cercanía con Jesús. Muchos después que él murió, hasta el día de hoy, es su voz la que nos urge, por amor, a vivir por Cristo.

Una vida de fe nunca es vivida en soledad. Necesitamos el soporte y la guía de aquellos que están haciendo el viaje de la fe. Necesitamos la voz de la comunidad para que nos desafíe.  Necesitamos la voz de la comunidad para que nos reconforte y nos sostenga. Necesitamos la voz de la comunidad para que nos diga que todo lo que debemos hacer lo deberíamos hacer por amor. Como parte de esa comunidad nos damos cuenta que hay poder en nuestra voz. Podemos aprisionar a otros con nuestras palabras de pena y crítica. Podemos liberarlos con nuestras palabras de amor y paz.

Y después, están las otras voces; las que se han ido a la casa del Señor. El tío que iba a misa todos los días. El vecino que estaba constantemente pendiente de los demás. La abuela que rezaba por nosotros incluso en los tiempos más difíciles. Todavía podemos oír aquellas voces que nos llamaban al amor de Dios.


viernes, 4 de junio de 2010

Vive con integridad

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Se puede definer la integridad como la honestidad personal.

Las personas íntegras viven bajo un código de valores. Ellas son veraces con ellas mismas y con los demás.  Sin embargo, el mundo ofrece muchas tentaciones para que las personas comprometan su integridad en favor de la ganancia personal y el lucro. Estas tentaciones pueden llegar a cualquiera.

Hay muchos beneficios por ser completamente honesto. Verás el mundo de una manera completamente nueva. Tus relaciones se basarán en la confianza en vez de la sospecha. Serás un excelente ejemplo para tus hijos y amigos. Cuando tengas éxito, los elogios que recibas se sentirán aún mejor, porque seguiste tus principios y tus valores.

La honestidad personal no es popular hoy en día; pero,  si luchas por ser honesto en todos tus asuntos, vas a estar en paz contigo mismo, con los demás y con Dios. ¡Vas a vivir con integridad!

viernes, 21 de mayo de 2010

Recuerda las pequeñas cosas

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El éxito es un asunto de Dios.Esforzarse es un asunto personal.


San Agustín una vez dijo: “Ser fiel a las pequeñas cosas es una gran cosa”.

La devoción a la familia suena como algo muy simple y lo es.

La gratitud, la humildad y la fidelidad son las pequeñas cosas. Son cosas pequeñas  pero al mismo tiempo son
difíciles. Es fácil hablar sobre resolver los problemas en la sociedad con grandes planes políticos y sociales a nivel nacional, porque de esta manera se puede culpar a alguien más, si el plan no funciona.

El cambio personal, la integridad moral del individuo, la fidelidad a las personas y a los principios  es un trabajo más difícil, porque estamos atados a nosotros mismos y no podemos culpar a nadie más si fallamos.

Pero si persitimos en estas pequeñas cosas, lograremos una gran cosa. ¡Afectaremos a otros! Una vida con buenas acciones puede comenzar por cambiar el mundo.

Un reportero preguntó una vez a la Madre Teresa de Calcuta el secreto de su éxito. Ella respondió que no había sido llamada para tener éxito, sino para esforzarse. El éxito es un asunto de Dios. Esforzarse es un asunto personal. Ella no fue llamada para encontrar grandes soluciones para la pobreza, sino de vivir la pequeña solución de su amor personal, que a su vez se convertiría en una infección de amor en el corazón de otras personas.

miércoles, 28 de abril de 2010

La gran bendición

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Invocando el cuidado de Dios sobre alguien o algo; es lo que entendemos por una bendición. Lo contrario, una maldición; es desear el mal al otro. ¡Una bendición o una maldición! Aquí tenemos una opción fundamental que forma nuestro destino.

El señor instruyó a Moisés en cuanto a las bendiciones. Por medio de palabras de aliento y aprobación, nosotros deseamos el bien a otras personas a través de la intercesión de Dios. Cada uno de nosotros debemos ser un don y una bendición para los demás. Estamos llamados a ser instrumentos de la paz de Dios. Sabemos desde las escrituras que María fue bendecida. La cara del Señor brilló sobre María a través del mensaje del Ángel Gabriel en la Anunciación, a través del saludo bendito de Isabel en la Visitación, en el mensaje de los pastores en el momento de la Natividad del Señor. Dios realmente fue generoso con María, porque la vio con bondad y le dio paz.

La respuesta de María a esta gracia fue total y leal. Ella se reflejó sobre las cosas asombrosas que Dios le había hecho y las atesoró en su corazón. Ella nombró a su hijo Jesús y lo ofreció a Dios Padre. Bendición sobre bendición. Ser bendito, como fue María, es experimentar la posibilidad de la felicidad.

En un poderoso escrito de introducción de la espiritualidad de San Juan de la Cruz, el autor Iain Matthew tiene un capítulo titulado “El Evangelio tiene ojos.” El mensaje básico es que cuando Dios mira; ama y da bendiciones sobre lo que esta viendo. El mensaje que Dios le dio a Moisés en cuanto al brillo divino en nuestra cara, se refiere a Dios mirándonos bondadosamente. En la mirada de amor de Dios, encontramos nuestra paz.

Un poeta proclamó: “Hágase un don y una bendición.” Ciertamente tenemos que llegar a ser una bendición para todas las personas que encontramos sonriendo a través de una mirada alentadora y bondadosa. Una gran parte de cada vocación cristiana consiste en ser una bendición para otros.

¿Quién te ha bendecido en tu vida? ¿Para quienes has sido una bendición? Al inicio de este nuevo año ¿estás dispuesto a comprometerte de nuevo a ser un don y una bendición para todas las personas que te encuentras?

martes, 30 de marzo de 2010

¡Si sólo pudiera traicionarme!

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La mayoría del tiempo un pecador no se ve a sí mismo como pecador. Él se identificará a sí mismo tan profundamente con sus pecados que estos pudieran parecer actos positivos para él.

Es mas fácil identificarse con San Pablo porque con mucha honestidad comperte con nosotros una experiencia personal que nosotros mismos tenemos. El dice, “No soy yo quien obra el mal, sino el pecado que habita en mi. Bien sé que el bien no habita en mi, quiero decir, en mi carne. El querer está a mi alcance, el hacer el bien, no. De hecho no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Por lo tanto, si hago lo que no quiero, eso ya no es obra mia sino del pecado que habita en mi”. (Romanos 7: 17-20)

¡Cuan Hermosa es nuestra fe! Cada uno de nosotros está llamado a ser un santo, o mejor dicho, ser ese santo aquí maravillosamente distinto a aquel santo que está allá; sin embargo todos somos uno en Cristo. Algunos santos gobernarán un reino como el francés Luis IX, y algunos santos caminarán descalzos por las montañas, como el humilde San Francisco de Asis. La gracia nos afila para que lleguemos a ser nosotros mismos; esto es, lo que Dios quiere que seamos. Es como el pecado, “una masa pequeña y apestosa de estiercol” que deslumbra y hace difícil ver el centro de nuestro ser.

Así como San Pablo dice que cuando pecamos no somos nosotros quienes hacemos el mal, sino que el pecado – como una parodia del Espíritu Santo - hace su morada dentro de nosotros. Ahora vamos a entendender claramente lo que esta diciendo. Por ejemplo, si Juana toma al esposo de Tomasa, Juana será castigada por haberlo hecho, porque Juana esta pecando gravemente. Sin embargo, en otro sentido, no es Juana quien desea el pecado. No es Juana como Dios deseó verla, aquella mujer verdadera que está como prisionera enterrada debajo de las costras del pecado. Es una falsa Juana porque algo la ha tomado presa.

La mayoría del tiempo un pecador no se ve a sí mismo como pecador. El se identificará a sí mismo tan profundamente con sus pecados que estos pudieran parecer actos positivos para él. Separarse de ellos; sería como sentir que su pecho se abre y que esa cosa rocosa llamada Corazón, es arrancado difícilmente con pinzas ya rojas por el fuego. Sin embargo, aún a veces el pecador verá la verdad de su condición. Cuando su voluntad se contradice; cuando él sabe lo que es el bien y lo desea pero no lo puede hacer; cuando él ve que es como una ciudad cautiva cuyos actos estan decididos por su gobernador. El pecado es ese gobernador usurpador. Para el pecado no hay remedio. Se arroja a las puertas de entrada para que estén completamente abiertas a otro conquistador, nuestro Señor Jesucristo.

domingo, 21 de marzo de 2010

Apariciones

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¿Hasta que punto conocemos realmente a Dios, a nuestro Dios? ¿Cuan sensitivos somos para escuchar su voz? Nuestro Dios eterno y creador siempre labora, nunca se cansa ni se debilita en su constante comunicación de si mismo hacia nosotros. Si verdaderamente estuviéramos despiertos, deberíamos saber que estamos en un ambiente divino ya que Dios es el mismo aire que respiramos.

Las cargas que llevamos, el peso de nuestras preocupaciones y pecados nos aturden de tal manera que no estamos conscientes de las manifestaciones de Dios; por esta razón a veces ocurren apariciones especiales como en el caso de Moisés y el arbusto ardiente, la experiencia de conversión de San Pablo, y las revelaciones a Fátima y Lourdes. En 1531 la Virgen María apareció al manso y humilde Juan Diego; ahí, María tomó la apariencia y la voz de una dama indígena azteca. Esta aparición cambió a Juan Diego y a todo México.
En cuanto a las apariciones se encuentra la siguiente reflexión poética:

¿Hay un arte para hacerse visible?En “Hamlet”, el espíritu llega
y trajo consigo una verdad escondida.

Entonces, María, en su silencio y soledad
escuchó al ángel Gabriel,
y “vió” el amor de Dios.

El poeta Hopkins,
caminando en nuestro mundo,
fue sacudido por la grandeza de Dios.
“Ningunas apariciones me han llegado.
Ningún espíritu, ningún ángel, ninguna visión mística.
Sin embargo, justamente ayer,
el amor se hizo visible
en una sonrisa del otro lado del pasillo.”

Pensando en las apariciones pregúntate ¿Que papel juega María en tu vida espiritual? ¿Hasta qué grado la obediencia y el darte a ti mismo gobierna tu vida espiritual? ¿Hasta qué punto estás atento a la comunicación de María? ¿Hasta qué grado respondes con amor?

jueves, 11 de marzo de 2010

Agradecidos por la vida

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Como creaturas, nosotros estamos limitados por el tiempo y el espacio. La infinidad y la eternidad son conceptos que nos llevan al campo del misterio. Nos acercamos a estos fenómenos con humildad porque nuestro conocimiento sobre ellos está limitado.

No obstante,  la palabra de Dios nos asegura que nuestra vida en este mundo no es toda la realidad. Dios nos da una vida eterna en y por medio de su hijo Jesucristo.  Si estamos unidos a Cristo en su vida y muerte,  estaremos unidos con él en su gloria eterna.

Para nosotros es difícil imaginar como es la vida eterna.  Lo que Dios ha preparado para los que lo aman es algo que ningún ojo ha visto y ningún oído ha escuchado. Estamos en el campo del misterio, una realidad que nuestras facultades finitas no pueden comprender. Por eso, pedimos el don de la fe, el don de la confianza.  Jesús ha hecho una promesa y él mantiene su palabra. Nosotros estamos encaminados hacia la Gloria.

Así como el reino de Dios ya está presente entre nosotros en varias formas parciales, así también es la vida eterna.  Hay experiencias de vida que insinúan y revelan la eternidad.  Un sociólogo llama a esto “Señales de trascendencia”. ¿No es cierto que todos nosotros hemos sido llevados más allá del tiempo y el espacio por el amor, o un juego que nos coloca en otra realidad, o una novela o pieza musical donde nosotros nos “perdemos”?

Nuestro desafío va en 2 direcciones;  vivir esta vida plenamente para que estemos preparados para la vida eterna  y estar agradecidos por ambas: nuestra vida en este mundo y la promesa de vida eterna. Alguien comunicó el siguiente consejo: “Yo quiero dar a entender que  las personas no deben jugar  la vida o simplemente estudiarla, mientras que la comunidad los apoye en este juego costoso, debemos de todo corazón vivirla desde principio a fin. “  Y podemos añadir y mas allá.

¿Has tenido  experiencias de cuando el tiempo y el espacio desaparecieron? ¿Vale discutir con un amigo lo que se entiende por  eternidad? ¿Hasta que punto estás agradecido por esta vida y por la promesa de una vida eterna?

martes, 23 de febrero de 2010

"¡Qué maravillas han hecho tus manos!"

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Piensa en la última cosa que has hecho. Puede ser algo artístico como un dibujo, un arreglo floral o algo útil como una terraza o un modelo de avión. Cuando reflejas con satisfacción lo que has hecho, te das cuenta que algo de ti mismo se ve reflejado en el trabajo que hicieron tus manos. Entre mas desarrollas tus habilidades artísticas y otras habilidades más puedes identificarte con tu trabajo. Si esto pasa con nosotros los mortales, quienes estamos atados, obligados a trabajar con materiales ya existentes, imagina cómo es para Dios quién creó todo de la nada.

Cuando hacemos algo, primero buscamos un modelo o patrón a seguir. Cuando Dios creó a partir de la nada, no existieron patrones en los cuales se pudo haber basado. En cambio, la sabiduría divina por sí  misma sirvió como ejemplo, modelo o patrón para crear. Por esta razón, San Pablo dice  a todas las personas y no solo a los creyentes, que no tienen excusa para olvidarse de Dios ni para representarlo con la imagen de una creatura. Cada ser humano puede descubrir en la creación una imagen de los atributos invisibles de Dios, de su poder eterno y de su divinidad.

Hoy en muchas partes del mundo, vemos el resurgimiento del antiguo materialismo ateo. Ciertos científicos miran al mundo y declaran que la creación,  no señala los atributos invisibles de Dios, sino que Dios no existe.

Ellos dicen que lo material no necesita explicación. San Pablo rechazó esta postura poco profunda sobre el mundo material. Por el contrario, él le dijo a la gente de su época que no podrían encontrar ninguna excusa o defecto para no adorar a Dios quien creó el cielo y la tierra.  Y después habló de la gran inmoralidad visible y extendida que caracterizaba la realidad moral del primer siglo. Cuando uno se olvida de Dios lo creado desaparece.

Como dice San Pablo, “Lo que él es y que no podemos ver ha pasado a ser visible gracias a la creación del universo, y por sus obras captamos algo de su eternidad, de su poder y de su divinidad.” (Romanos 1:20)

martes, 19 de enero de 2010

El Padre Nuestro

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¿Qué ocurrió cuando Jesús se retiraba a la montaña para orar? Si pudiéramos gatear dentro de su soledad y escuchar su comunicación con Dios Padre estaríamos verdaderamente bendecidos. Pero ¿qué es exactamente lo que Jesús nos ha dado en la oración del Padre Nuestro? En ella encontramos la oración de Jesús en toda su simplicidad y belleza.

Podemos examinar unas pocas frases de esta oración bajo la luz de la sagrada escritura (Marcos 6: 45-52)
¡Santificado sea tu nombre!... ¿Qué puede ser Dios si no es amor? El papa Benedicto XVI llamó nuestra atención a este misterio en su primera carta encíclica Deus caritas est. En la primera carta de San Juan (capítulo 4: 11-18) se dice esto de manera muy clara: “Dios es amor, y el que vive en el amor vive en Dios y Dios en él.” Por esa razón si nosotros utilizamos los nombres Padre, Hijo y Espíritu o Creador, Redentor y Santificador hablamos de ese único nombre: AMOR. Sobre la montaña en su tranquila soledad Jesús experimentó de nuevo la intimidad que es el fin último de la oración.

Venga a nosotros tu reino…  En el corazón de la oración de Jesús hubo una pasión, que Dios Padre reinara en los corazones de todas las personas y naciones. El deseo caracteriza la oración. Es el latido de la oración. Así vemos que Jesús era celoso por la verdad y la caridad, la libertad y la justicia, las 4 características del reino que llamamos Paz. Cuando se experimenta este reinado, el temor no puede encontrar una casa, un lugar donde hospedarse, esta expulsado por el amor perfecto; está expulsado por la cercanía de Dios.

¡Hágase tu voluntad!... La oración auténtica nos lleva a la conversión del corazón. Cuando subimos a la montaña con Jesús para participar en su oración al Padre, deberíamos estar dispuestos a rendir nuestro espíritu rebelde. Deberíamos estar dispuestos a dar la espalda a todo lo que se opone a la voluntad de unidad y paz de Dios.

Un teólogo lo dice bien: “Pero la oración, en un corazón sereno, amable y atento  descansa en Dios, es todo un camino de vida. La oración es el vivir desde el corazón como respuesta a una vida que fluye derramándose; es  amor.”

¿Qué papel juega el “Padre Nuestro” en tu vida espiritual?

Blogumulus by Roy Tanck and Amanda Fazani

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