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viernes, 29 de octubre de 2010

La lista de Dios

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“ Por eso lo soporto todo por el bien de los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que se nos dio en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna .”
(2a. Carta a Timoteo 2:10)
Oscar Schindler fue un codicioso hombre de negocios y mujeriego, pero cuando descubrió que los Nazis estaban matando a los judíos en los campos de concentración, negoció con ellos para comprar a algunos como esclavos para sus industrias.

Después de hacerse amigo de un brillante judío, que llegó a ser su administrador, y enamorarse de la judía que era su sirvienta, se dio cuenta que aquellos llevados a los campos de concentración no eran insectos que podían ser incinerados en masa, sino humanos como él.  Experimentó una profunda conversión, mostrada en la película de 1993, ganadora del Oscar, “La lista de Schindler”, y decidió usar todos sus recursos para comprar judíos, ya no para aumentar el número de sus trabajadores sino para salvarlos del sufrimiento y la muerte. Liquidó todo el dinero de su negocio y sus bienes personales hasta que no le sobró un centavo para salvar otra vida.

En total 1300 personas de la lista de Schindler fueron salvados. La lista de aquellos judíos que eran redimidos. Ese número pareciera minúsculo comparado con los seis millones de judíos que murieron durante el Holocausto. Pero al final de la película, aquellos que Schindler salvó y su descendencia pusieron rocas en su tumba en Jerusalén y dijeron: “Si tú salvaste uno, salvaste a una nación.” El número de aquellos que salvó Schindler con sus sacrificios se ha multiplicado de generación en generación.  

Cada uno de nosotros es llamado a ser un Schindler espiritual, es decir, gastar nuestros recursos y energies para salvar la preciosa e irreemplazable vida de otros de alguien más malvado que Hitler y una fatalidad más grande que los campos de concentración.
En el pasaje de hoy, San Pablo muestra cuan seriamente él tomó esta misión de rescate. El lo soportó por el bien de los elegidos, para que ellos alcancen la salvación de Jesucristo. Trató de incluir todos los que pudo en la lista de Dios. La misión de rescate está ahora en nuestras manos.

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Blogumulus by Roy Tanck and Amanda Fazani

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