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jueves, 6 de enero de 2011

La persecución

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Fuente: ACI Prensa
“Procura ser religioso y justo. Vive con fe y amor, constancia y bondad”
(1a. Carta a Timoteo 6:11)

San Pablo no nos pide estudiar que es la justicia, la devoción, la fe, el amor, la paciencia y la bondad, o pensar en ellos o rezar para poseerlos. El nos pide perseguirlos, es decir, ir detrás de ellos para poseerlos. ¿Por qué? Porque son muy difíciles de alcanzar.

Algunas veces la traducción de las palabras originales que están en griego o latín no comunican su peso en una traducción española.

Ser justo, a veces se traduce como ser rectos, pero de hecho se refiere al juicio y la justicia de Dios.

Ser religioso no se refiere a una devoción ordinaria. Las personas pueden hacerse devotas a cosas que no valen su respeto. Más bien se refiere a la devoción al bien, la cual se identifica con Dios. Por ejemplo nuestra devoción a los santos debería llevarnos a encontrar a Dios que es la bondad en sí misma.

La fe en el Nuevo Testamento siempre se refiere a una confianza total en Dios y a ser leal a El.

El amor al que se refiere San Pablo acá no es el eros (el deseo sexual), o filantropía (el amor por el servicio caritativo a otros o la amistad creada por un amor puramente humano). El amor más bien es imitar a nuestro Señor quien se entregó por completo a nosotros.

La constancia se ve a veces como resistencia. Esto no es la paciencia humana ni una resistencia natural. Más bien es el poder de esperar pacientemente y soportar la presencia de la tentación, porque sabemos que Dios es fiel y no nos abandona porque somos tentados.

La mansedumbre es a veces confundida con la bondad. Desafortunadamente en el español estas dos palabras denotan debilidad, pero no hay nada de débil en lo que Jesús dice de sí mismo: “Yo soy manso y humilde de corazón.”  Más bien, estamos llamados a perseguir la actitud del mártir que se para delante de sus acusadores y encara la muerte con absoluta serenidad. El sabe que todo está en las manos de Dios. Debido a su mansedumbre, el mártir tiene un poder que aquellos que usan la fuerza no pueden vencer.

No estamos llamados a tener un poco más de paciencia, a tener un poco más de amor, a tener un poco más piadad; al contrario, estamos llamados a ser reflejos de Cristo. Debido a que ninguno de nosotros podemos imitarlo perfectamente, siempre vamos a tener que estar buscando esa perfecta imitación.

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Blogumulus by Roy Tanck and Amanda Fazani

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