En 1950 el Santo Padre Pío XII escribió en su encíclica Humani Generis: “Por estas razones el magisterio de la Iglesia no prohíbe que, en conformidad con lo que hoy en día enseñan las ciencias y la teología, los expertos en ambos campos investiguen y discutan la teoría de la evolución y lo que dice acerca del origen del cuerpo humano y como se desarrolla de materia pre-existente y viviente --- tomando en cuenta que la fe Católica nos obliga a aceptar que las almas están inmediatamente creadas por Dios.”
El Papa Pío XII remarcó acerca de la creación inmediata de las almas, el elemento espiritual que distingue a los humanos de los animales. El no encontró una incompatibilidad entre la teoría de la evolución del cuerpo humano y la fe Católica o la Biblia.
Recientemente el Papa Juan Pablo II, en un discurso a la Academia Pontificia de las Ciencias, dijo: “Hoy en día, casi a mitad de siglo de la publicación del encíclica, nuevos conocimientos nos han llevado a reconocer mas que una sola hipótesis en la teoría de la evolución. Es realmente asombroso que esta teoría ha sido progresivamente aceptada por investigadores basándose en una serie de descubrimientos en varios campos del conocimiento. La convergencia, que no fue buscada ni fabricada, de los resultados de trabajo conducido independientemente es un argumento de peso a favor de esta teoría.”
El Papa Juan Pablo II siguió con su discurso diciendo, “La Revelación nos enseña que la humanidad fue creada a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:27-29).” Mas adelante repitió de nuevo la enseñanza del Papa Pío XII: “Si el cuerpo humano fue originado de materia viva pre-existente, el alma fue directamente creada por Dios…. Consecuentemente, las teorías de evolución que, de acuerdo con las filosofías que las inspiran, enseñan que el espíritu sale de las fuerzas de materia viva, esas teorías son incompatibles con la verdadera realidad de la persona; además, no son una base que sostiene y explica la dignidad del ser humano.”
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